Y eso me está matando, el miedo que tengo no me deja dormir, no quiero volver a llorar, no quiero volver a sentirme vacía e insuficiente, tengo viejas cicatrices que aún sangran de vez en cuando. Y es que no soy de acero, las marcas del desprecio las llevo bien adentro ocultas tras sonrisas, las mentiras también las cargo dentro en cofres que gritan en silencio que no se pueden abrir.
Todas las tormentas me han marcado, me dicen que no merezco ni puedo ser amada, viví con ellas largo tiempo, hasta que te escuché a ti a lo lejos, venías con una suave lluvia a pedir refugio, vi en tus ojos ganas de salir de reclamarle al mundo en un silencio atronador que no escuché nada más que tus labios y corrí, corrí junto a ti directo hacia el abismo y salté sin importarme si caía por amor... de nuevo
Aún me llaman las tormentas en la oscuridad, espero no ir con ellas cuando mi corazón de un portazo definitivo al amor, si es que este último intento también se convirtiera en decepción...
No hay comentarios:
Publicar un comentario