viernes, 26 de octubre de 2018
Del mal de la luna
Cuando uno dedica la mayor parte de su tiempo a reparar los pedazos de una vida llena de errores y vacíos, se concentra en el pasado, y sabemos que pasado y presente no se mezclan bien.
Al poseer sentimientos, emociones y eso que algunos llaman instinto, dominados aparentemente por la racionalidad, es inevitable que en algunas ocasiones esta última celda la luz, se vaya a dormir en sombras de tormenta, dando lugar a ese salvajismo que todos llevamos dentro, es por ello que hay noches en que creemos que todo esta mal, que no hay una sola cosa que merezcamos, y peor aun, que nosotros transmitimos la enfermedad.
Es común a todos, estos episodios, ocurriendo generalmente de noche, y en la mas completa soledad, provocando mares de llanto incontrolables, miradas perdidas, divagaciones en el paisaje y en algunos casos heridas físicas constantes. Estos síntomas pueden ser desatados por cualquier provocación y es única para cada persona, sin embargo, en su mayoría son asociados a sentimientos de odio, palabras hirientes, inconformidad consigo mismos y desprecio por ellos y por los que lo rodean.
El camino que he encontrado para sobrellevar esta variación del sentir humano, es no pelear contra el, dejarse llevar por lo que la cabeza cree que està mal y que el corazón intenta no ver, escribir todo lo que se piense durante estos estadios y ser conscientes de que tarde o temprano disminuirán estas cosas, no hay remedio infalible que cure sentimientos ni que arregle los desvarìos de la mente...
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