viernes, 26 de octubre de 2018

Fall for love


No sé querer a medias, yo amo con toda el alma, a pesar de que he tenido pruebas suficientes para apartarme de todos, incluso cuando sé que no hay nada peor que terminar con un corazón roto, yo decidí abrirte la puerta...

Y eso me está matando, el miedo que tengo no me deja dormir,  no quiero volver a llorar, no quiero volver a sentirme vacía e insuficiente, tengo viejas cicatrices que aún sangran de vez en cuando. Y es que no soy de acero,  las marcas del desprecio las llevo bien adentro ocultas tras sonrisas, las mentiras también las cargo dentro en cofres que gritan en silencio que no se pueden abrir.

Todas las tormentas me han marcado, me dicen que no merezco ni puedo ser amada, viví con ellas largo tiempo, hasta que te escuché a ti a lo lejos, venías con una suave lluvia a pedir refugio, vi en tus ojos ganas de salir de reclamarle al mundo en un silencio atronador que no escuché nada más que tus labios y corrí, corrí junto a ti directo hacia el abismo y salté sin importarme si caía por amor... de nuevo

Aún me llaman las tormentas en la oscuridad, espero no ir con ellas cuando mi corazón de un portazo definitivo al amor, si es que este último intento también se convirtiera en decepción...

Del mal de la luna


Cuando uno dedica la mayor parte de su tiempo a reparar los pedazos de una vida llena de errores y vacíos, se concentra en el pasado,  y sabemos que pasado y presente no se mezclan bien.

Al poseer sentimientos, emociones y eso que algunos llaman instinto, dominados aparentemente por la racionalidad, es inevitable que en algunas ocasiones esta última celda la luz,  se vaya a dormir en sombras de tormenta, dando lugar a ese salvajismo que todos llevamos dentro, es por ello que hay noches en que creemos que todo esta mal, que no hay una sola cosa que merezcamos, y peor aun, que nosotros transmitimos la enfermedad.

Es común a todos, estos episodios, ocurriendo generalmente de noche, y en la mas completa soledad, provocando mares de llanto incontrolables, miradas perdidas, divagaciones en el paisaje y en algunos casos heridas físicas constantes. Estos síntomas pueden ser desatados por cualquier provocación y es única para cada persona, sin embargo, en su mayoría son asociados a sentimientos de odio, palabras hirientes, inconformidad consigo mismos y desprecio por ellos y por los que lo rodean.

El camino que he encontrado para sobrellevar esta variación del sentir humano, es no pelear contra el, dejarse llevar por lo que la cabeza cree que està mal y que el corazón intenta no ver, escribir todo lo que se piense durante estos estadios y ser conscientes de que tarde o temprano disminuirán estas cosas, no hay remedio infalible que cure sentimientos ni que arregle los desvarìos de la mente...